Nos despedimos de enero, el mes de Hayao Miyazaki

LA PRINCESA MONONOKE Y LA NECESIDAD DE LA COEXISTENCIA

Hayao Miyazaki cumplía el pasado mes de enero 83 años y lo celebramos con una de sus películas que mejor representa la contradicción del ser humano: dependemos de la naturaleza para sobrevivir, y sin embargo la destruimos para progresar.

El estreno de La princesa Mononoke (1997) se convirtió en uno de los mayores taquillazos japoneses. Y fue la primera película de esta nacionalidad en conseguir una amplia distribución de EEUU. Representó un punto de inflexión para el estudio Ghibli: fue su producción más costosa hasta la fecha y fue la primera del estudio en utilizar nuevas tecnologías para crear imágenes digitales.

¿Por qué nos encanta esta película? Miyazaki presenta esta dicotomía del ser humano de veneración y destrucción de la naturaleza, pero sin asomo de juicios, huyendo de estereotipos. El bosque y sus dioses están llenos de violencia, siguen las leyes de la naturaleza y luchan por conservar un entorno mágico, sagrado, diverso, que nunca debería ser destruido. Lady Eboshi es una mujer férrea, cruel, que no tiene miedo, que cuida de los desfavorecidos y que lucha a cualquier precio para conseguir lo mejor para su pueblo, aunque eso signifique la destrucción del bosque. Todos tienen un fin noble que justifica sus medios. ¿Qué fin es más importante si ambos bandos luchan por su propia supervivencia?

Lo que más nos gusta de esta película es que no tiene un final edulcorado y alejado de la realidad. El ser humano no va a dejar de progresar, pero tiene que encontrar una manera de coexistir con la naturaleza en armonía y respeto, sin olvidar que somos parte de ella.

Después de ver de nuevo la princesa Mononoke, en el Foco Verde hemos decidido comer al menos un día a la semana sin proteína animal, buscando cierto equilibrio para la naturaleza y nuestros cuerpos. Además, es una medida que se incentiva en los rodajes y que forma parte de muchos decálogos de buenas prácticas.